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Metodólgías químicas para controlar poblaciones de trips, no siempre efectivas.

por Redacción

Lograr un control químico eficaz de especies de trips es actualmente un desafío que se complica con la aparición de resistencia a los insecticidas empleados; esta situación ha hecho que se preste cada vez más atención a las medidas culturales y sobre todo al uso de enemigos naturales para un control efectivo.

Actualmente se ha registrado que son más de una docena de especies de trips las que se alimentan de cultivos en invernaderos. Una de las más importantes y difíciles de controlar es el trip occidental de las flores, WFT, Frankliniella occidentalis. Los trips de invernadero, Heliothrips haemorrhoidalis, y los trips de la cebolla, Thrips rímul, también se pueden encontrar en cultivos de invernadero. El trips del chile, Scirtothrips dorsalis, un alimentador de follaje se encuentra en Florida y Texas y puede introducirse en invernaderos sobre material vegetal. Hoy en día, la producción de cultivos en invernaderos es de suma importancia ya que nos da una ventaja sobre la producción a cielo abierto porque se establece una barrera entre el ambiente externo y el cultivo, creando un microclima interno que permite proteger el cultivo de condiciones adversas –viento, granizo, plagas, etc.– y controlar factores como la temperatura, radiación, concentración de CO2, humedad relativa, etc.

Cualquier programa de manejo de trips en invernaderos debe tener como objetivos principales, además de tratar de mantener una población dentro de ciertos límites tolerables, bajar costos, evitar aplicaciones innecesarias, evitar residuos y contaminación, reducir al mínimo el riesgo para los operarios que desarrollan sus actividades en los invernaderos y buscar permanentemente alternativas de control. La mayor parte de los trips, Thripidae, presentan una amplia flexibilidad alimentaria y requiere de polen para completar su desarrollo y asegurar su fertilidad. Como consecuencia, ha sido reportada la captura de varias especies de trips en las flores de una considerable lista de plantas, varias de ellas de valor ornamental; sin embargo, muchas de estas capturas podrían ser casuales. Por otra parte, la presencia de un artrópodo fitófago en un cultivo no implica que le ocasione daños desde el punto de vista económico. Las características de esta plaga en cuanto a sus lugares de puesta, biología, y comportamiento ponen de manifiesto la dificultad de conseguir un control total.

Echinothrips americanus es otra especie que se alimenta de hojas, que se identifica fácilmente por su cuerpo negro con dos manchas blancas distintas en sus alas. El trips occidental de la flor se a extendido por toda la industria de la horticultura en esquejes y plántulas. Su pequeño tamaño (1/16 de pulgada) y su tendencia a permanecer escondidos en los botones florales dificultan la detección de los trips antes de que sea evidente un daño severo por alimentación. Su amplio rango de huéspedes, alta capacidad reproductiva, ciclo de vida rápido y resistencia a los insecticidas los hacen difíciles de controlar.

De las 5 mil 500 especies de trips, solo el 1% es perjudicial para los cultivos hortofrutícolas afectando la calidad y el rendimiento de las plantas, las hojas, flores y frutos debido a su forma de alimentarse: picador-raspador. Los trips son insectos polífagos, esto quiere decir que pueden alimentarse de un gran número de plantas reduciendo notablemente el rendimiento además de transmitir enfermedades.

Los trips se alimentan perforando las células vegetales con sus partes bucales y alimentándose de los jugos exudados de las plantas. Este colapso de las células vegetales da como resultado hojas y brotes de flores deformadas. Se pueden ver cicatrices con motas plateadas y pequeñas manchas negras “fecales” en las hojas expandidas. Los trips occidentales de las flores tienen una amplia gama de huéspedes y pueden alimentarse de plantas ornamentales de invernadero, vegetales, hierbas y plantas perennes herbáceas. Algunos huéspedes favoritos incluyen Asclepias, albahaca, crisantemo, dalia, berenjena, fucsia, geranios (hiedra), gerbera, Ipomoea, caléndulas, Impatiens de Nueva Guinea, petunia, pimiento, portulaca, rímula, salvia, boca de dragón, tomate, verbena, zinnia y muchos otros.

Amenaza de las moras cultivadas invernaderos

Esta especie causa tres daños importantes en los ldenominados berries bajo invenadero. Primero: la presencia de adultos vivos entre las drupas de una fruta y después de empacada la mora, los adultos dejan la fruta y se congregan sobre las paredes de las cajas de empaque, con el consecuente riesgo de ser detectadas por los oficiales que manejan los procesos de cuarentena en los puertos de entrada de los paises importadores. Segundo: cuando hay presencia de poblaciones altas, se presenta un manchado de las drupas basales causado por las raspaduras hechas por adultos e inmaduros, durante la etapa de crecimiento y maduración de la fruta. Tercero: tanto adultos, como inmaduros, se alimentan sobre los estilos de las flores causando una mancha necrótica que impide la polinización de las drupas respectivas. Los dos primeros daños mencionados hacen que la fruta no sea aceptable para mercados de exportación.

El cultivo de la fresa puede ser atacado por diversos grupos de insectos incluyendo áfidos, chinches, curculiónidos y gusanos cortadores. No obstante, diversas investigaciones han indicado que los trips y ácaros constituyen los dos grupos de artrópodos más dañinos en el cultivo. En el caso de los trips, el raspado que producen durante su alimentación ocasiona manchas en pétalos, caída de flores y frutos, producción de frutos necróticos y/o distorsionados por daños en ovarios, anteras, estigmas y receptáculos florales. Por su parte, los ácaros succionan los fotosintatos en hojas, pistilos florales y frutos de fresa, lo cual reduce el rendimiento del cultivo cuando el nivel poblacional es alto. La amenaza tanto de los trips como de los ácaros se acrecienta cuando son capaces de favorecer el ataque de fitopatógenos que permiten el ingreso de Botrytis cinerea (Helotiales: Sclerotiniaceae) y Rhizopus sp. (Mucorales: Mucoraceae), hongos que son asociados a la presencia de F. occidentalis.

Los Trips pasan por seis etapas: huevo, estadios larvarios, en estas etapas el insecto es más activo donde causa daños a los cultivos; etapa prepupal y pupa, en las etapas 4 y 5 son no activas, es decir no hay alimentación del insecto, por ello algunos autores establecen que los trips no presentan un verdadero estado de pupa, y adulto. Una generación tarda aproximadamente un mes para completar su ciclo de vida, pero esto puede variar un poco con el efecto de la temperatura y las especies involucradas. Las hembras pueden ovipositar entre 150 a 200 huevos en el envés de la hoja u otro tejido vegetal y su ciclo de vida oscilan de 30 a 45 días. Los adultos y los dos primeros estadios larvales se alimentan en las partes aéreas de las plantas (estado activo). Las larvas se pueden encontrar en áreas de difícil acceso dependiendo de la especie.

Los adultos y larvas se alimentan de pétalos de flores y polen. Hacia el final del segundo instar, la larva se mueve por la planta para empupar en el suelo (estado de prepupa y pupa). Durante este tiempo no hay alimentación, la actividad es mínima, ya que el insecto está en una etapa de incubación y por ende, las aplicación de insecticidas foliares en aplicaciones aéreas no son eficaces contra esta plaga y por último, pasan a adultos donde se da la transición del suelo a la planta.

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