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CEBOLLA

por Redacción

Efecto de la duración e intensidad luminosa sobre el cultivo

Baltazar Arce Quiñones

En la planta de la cebolla, los factores que influyen en la formación del bulbo son la longitud del día, la temperatura y la variedad. En lo que se refiere a la bulbificación, esta ocurre cuando se han acumulado determinadas horas calor. Se trata de una hortaliza de estación fría la cual es medianamente resistente a las heladas; por otro lado, las altas temperaturas pueden estresar a la planta, provocando trastornos fisiológicos, disminuyendo la velocidad del desarrollo de la hoja y el número de las mismas.

Por otra parte, la influencia del fotoperiodo es afectada por la calidad e intensidad de la luz, pues la luz infra roja y altas intensidades de luz favorecen el desarrollo del bulbo. Al disminuir la duración del día la intensidad luminosa baja, las hojas lo perciben y mandan señales a otras partes de la planta, iniciando la dormancia. De acuerdo con lo anterior, el efecto combinado de la temperatura y el fotoperiodo induce a la formación de bulbos de cebolla, aunque puede ser que en las zonas tropicales la temperatura sea un factor más determinante.

El rendimiento de la cebolla es afectado por las por las prácticas de manejo agronómico entre las que destacan la fertilización y densidad de siembra, medidas éstas que pueden ser manipuladas a fin de lograr mejores respuestas en la producción. El nivel nutricional puede afectar la duración del ciclo y el rendimiento de la cebolla. Así mismo, diversos estudios muestran la respuesta de la planta a la densidad de siembra, entre las que destacan cambios en la fecha de maduración, en el diámetro del bulbo y en el rendimiento. Los nutrientes de la cebolla inicialmente pasan del suelo a la planta, conduciéndose hasta la zona donde se desarrolla la fotosíntesis. De ahí son transportados a las zonas de crecimiento y a las regiones de almacenamiento. En particular, la cebolla empieza a absorber potasio a los 52 días después del trasplante durante los 90 días después del trasplante extrae 94% del nutriente total; las hojas comienzan a extraerlo a los 38 días después del trasplante y en un periodo de 70 días extrajeron 96% de su total. A partir del día 122 se inició la translocación hacia los órganos de reserva; en los bulbos se inicia la acumulación de potasio a los 94 días después del trasplante; asimismo, el porcentaje de este elemento nutritivo fue siempre mayor en las hojas que en los bulbos. En base a lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue determinar el incremento del tamaño y peso del bulbo que ocurre después del doblado de la hoja, debido a la translocación de nutrientes.

La cebolla se ha cultivado por más de 400 años como alimento, condimento y componente de remedios para la salud. El origen primario de la cebolla se localiza en Asia central, y como centro secundario el Mediterráneo, pues se trata de una de las hortalizas de consumo más antigua. Las primeras referencias se remontan hacia 3200 A.C. pues fue muy cultivada por los egipcios, griegos y romanos. Durante la Edad Media su cultivo se desarrolló en los países mediterráneos, donde se seleccionaron las variedades de bulbo grande, que dieron origen a las variedades modernas. La cebolla contiene un aceite esencial, cuyo componente principal es el disulfuro de alil propilo, C6 H12 S2, que es el causante del sabor específico. El contenido de materia seca fluctúa de 7 a 15 por ciento, lo cual se compone de 70-85 por ciento de carbohidratos, menos del uno por ciento de grasas, 10–20 por ciento de proteínas, pépticos y aminoácidos especiales y uno a tres por ciento de cenizas.

Planta bulbosa tratada en cultivo como anual o bianual, si es para semilla. Tiene un tallo floral hueco, fistuloso, no ramificado, ventrudo en la base, que alcanza 1–150 m de altura; las hojas también son huecas y fusiformes; las flores se encuentran reunidas en inflorescencias compactas y umbeliformes en el extremo del tallo. En la cebolla, el tallo termina en un conglomerado de pequeños bulbitos que reproducen la especie. La corola es verdosa o purpurina; semilla negra, tetraédrica, muy parecida a la pera. Bulbo tunicado, carnoso, comestible, con túnica exterior delgada y transparente; este bulbo se forma rápidamente en la superficie del suelo, raíces fibrosas, blancas, cortas, fasciculadas. Como familia, la cebolla muestra una vigorosa individualidad; todas despiden penetrante aroma y se adaptan a casi todo los suelos y climas.

Desarrollo floral de la planta de la cebolla

En la cebolla se distinguen cuatro etapas durante el desarrollo floral: etapa del periodo juvenil, la etapa de diferenciación floral, que requiere vernalización, la aparición de la inflorescencia y el desarrollo del escapo. Cada una de estas etapas está influenciada de diferente modo por las condiciones intrínsecas de la planta y las condiciones ambientales, y dentro de estas las más importantes son la temperatura y el fotoperiodo. La cebolla es una especie de exigencia cualitativa de vernalización por lo que la inducción de la floración por bajas temperaturas resulta decisiva, mientras que el fotoperiodo juega un papel importante en el proceso de alargamiento del escapo, el cual es promovido por días largos.

La respuesta a la acción de las bajas temperaturas varía con los cultivares. Aquellos que se adaptan más a zonas frías necesitan mayor cantidad de horas frío, mientras que los que se cultivan en zonas cálidas, requieren de un tiempo relativamente corto con bajas temperaturas para florecer. 

La cebolla es un cultivo en el que nunca debe faltar la humedad durante todo su desarrollo vegetativo, evitando estrictamente los excesos de humedad, el cual provoca una pudrición en el bulbo; por lo cual para su siembra se recomienda suelos ligeros con buen drenaje.

Formación y desarrollo del bulbo

La germinación de semillas de cebolla contra temperaturas el rango optimo es de 18 a 25° C, las temperaturas de 22 a 24° C son las más favorables para el desarrollo de las hojas. La cebolla como planta puede soportar temperaturas de hasta 33°C, y que al sobre pasar este límite dejan de crecer; sin embargo, las temperaturas de los trópicos, de 40° C, sólo retardan la formación del bulbo. Así mismo, siendo la cebolla una planta bianual, necesita pasar por un período de  bajas  temperaturas después de la fase juvenil, a bulbo mayores de 2.5 cm, para permitir el vástago floral; este período de bajas temperaturas puede ser de 7 a 12° C durante cuatro semanas. Sin embargo, las temperaturas de 10 a 15° C pueden manifestarse la vernalización, aunque es necesario aclarar que este fenómeno depende del cultivar y de las temperaturas invernales, pues a temperaturas mayores de 20° C no se presenta floración. En lo que se refiere a la formación y desarrollo del bulbo, éste está influenciado directamente por el fotoperiodo, es decir las horas-luz, ya sea corto, de 10-12 hrs; intermedio, de 12-14 hrs, o largo, de 14 hrs. Existe otro grupo de día muy largo, de 16 hrs.

En México solamente se explotan las de período corto, 10-12 hr, y sembrando un cultivar de fotoperiodo largo no se forma la parte de bulbo comestible, originando un disturbio fisiológico llamado “cuello de botella”, sin embargo, con la utilización de un biorregulador Etefón, en dosis de 1200 ppm, se puede forzar la formación y desarrollo del bulbo de cualquier clasificación de fotoperiodo.

La cebolla es una planta bianual que requiere de bajas temperaturas para inducir la floración; éste es un fenómeno no deseado en la producción comercial ya que compite con la formación y crecimiento del bulbo, lo que ocasiona pérdidas económicas para el productor, disminuyendo la rentabilidad del cultivo. Para evitarlo o reducirlo es necesario conocer para cada cultivar la época adecuada de siembra que combine el fotoperiodo para bulbificar, además evitar o disminuir en la medida de lo posible que las bajas temperaturas estimulen la floración. En la inducción a floración interactúan el genotipo, la edad de la planta y factores ambientales.

Dentro de un rango de pH 6.8 -6.0, la cebolla se clasifica como ligeramente tolerante a la acidez

El bulbo de la cebolla sigue creciendo después de que la hoja se dobla y es económicamente redituable esperar los 15 días para iniciar la recolección del bulbo

La cebolla es una hortaliza bianual de clima frío; sin embargo, en México puede explotársele durante todo el año. La planta es muy resistente al frío, llegando a tolerar temperaturas de hasta -5°C en etapa adulta. Las semillas empiezan a germinar a temperaturas de 2 a 3°C, pero muy lentamente

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