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La absorción de nutrientes como base de fertirrigación

por Redacción

La práctica de la fertirrigación en la agricultura moderna puede explicarse como una técnica de aplicación de fertilizantes a los cultivos que consiste en disolver la cantidad apropiada de elementos nutrientes en el agua de riego.

Son indispensables alternativas tecnológicas que aumenten el rendimiento de los cultivos y mejoren la calidad de la fruta logrando un uso efectivo de los recursos a la vez que los costos de producción son mantenidos en un nivel apropiado. Naturalmente, la nutrición vegetal es esencial para incrementar la producción y mejorar la calidad y capacidad de conservación de los frutos cosechados y nos obstante que el término fertirrigación no está incluido en el diccionario de la lengua española, su utilización es extendida. La fertirrigación es la aplicación de fertilizantes disueltos a través de un sistema de riego. Comúnmente se realiza a través de riego por goteo, también se puede realizar por medio de micro-aspersores. Los macronutrientes como el nitrógeno, potasio, fósforo, calcio y magnesio son los nutrientes más comunes aplicados en fertirrigación, pero los micronutrientes tales como el boro, zinc, hierro, manganeso y cobre pueden también ser aplicados a través del sistema de irrigación.

El concepto de aplicar fertilizantes a través del sistema de irrigación fue desarrollado en climas áridos como Israel y California donde el riego es regularmente aplicado. Actualmente, las nuevas plantaciones de alta densidad incorporan la fertirrigación como un importante componente del sistema de producción, por lo que es considerado como un método para promover el desarrollo de los árboles La fertirrigación permite el ajuste de la cantidad y la concentración de nutriente aplicada de acuerdo con las necesidades de los cultivos durante todo el período de crecimiento. Para suministrar los nutrientes al cultivo de manera efectiva, se debe conocer la tasa óptima de consumo diario de nutrientes durante cada fase de crecimiento que asegure el máximo rendimiento y calidad de los productos.

Esta técnica permite suministrar los nutrientes solo en la zona donde se concentran las raíces, con los cual aumenta significativamente la eficiencia de uso de los fertilizantes, lo que significa que la cantidad de fertilizante aplicado se puede reducir. Esto no sólo disminuye los costes de producción sino que también reduce el potencial de contaminación de las aguas subterráneas, causado por la lixiviación de fertilizante y la acumulación de nutrientes y sales en el suelo.

En la fertirrigación no solo es importante la concentración de nutrientes, lo es aún más el volumen de agua aplicado. La textura del suelo es crucial para la determinación de la dotación de riego en la que se aplican los nutrientes, ajustando la dotación se evitará que el agua y los nutrientes se pierdan por percolación y lixiviación respectivamente. Como regla general se establecen que en suelos gruesos (arenosos) el volumen de fertirrigación no debe exceder de 200 ml por planta y emisor para evitar la lixiviación de nutrientes. En los suelos de textura más fina (arcillosos), caracterizados por mayor capacidad de retención de agua, y menor macroporosidad, el volumen de fertirrigación debe aumentarse como mínimo a 300 ml por planta.  En todos los suelos, con el volumen de riego aplicado comúnmente, 1500 ml por planta (30 min de riego, emisores de 3 L h-1) y el marco de riego usual (0.5 m de distancia entre emisores y 1 m de distancia entre ramales portagoteros) se humedece el perfil del suelo en su totalidad, generando líneas húmedas.

Factores ambientales y de manejo que pueden afectar la eficiencia de la fertirrigación

La tasa de absorción de nutrientes por la planta y la proporción en que los diferentes elementos son absorbidos por las raíces están influenciadas por las condiciones ambientales (luz, temperatura y humedad) y varían considerablemente durante las diferentes etapas de crecimiento, sobre todo en cultivos de ciclo largo, como los cultivos hortícolas. De hecho, también se observan variaciones en la absorción mineral en cortos espacios de tiempo, como por ejemplo durante el período de 24 horas, pero son menos relevantes para la gestión práctica de la fertilización. También hay otros factores que influyen en la absorción de nutrientes, en particular, su concentración y la de otros elementos (efecto sinérgico o antagonista), así como el pH, la salinidad total y la humedad del medio de cultivo. Sin embargo, la tasa de absorción de nutrientes está influenciada principalmente por la demanda asociada al crecimiento de las plantas, aunque, en algunos casos, se puede ocasionar un consumo de lujo de nutrientes.

El consumo de lujo se produce cuando el cultivo absorbe nutrientes sin tener un aumento correspondiente en el rendimiento. Esto conlleva además de un gasto extra de fertilizantes, otras desventajas potenciales: exuberante crecimiento, deterioro de la flor y la formación del fruto, aumento de la susceptibilidad a plagas y enfermedades, trastornos en la maduración del fruto y empeoramiento de la calidad del fruto (por ejemplo, cambios en la composición y textura), y en algunos cultivos, acumulación de nitratos en los órganos comestibles, que son perjudiciales para la salud humana.

La principal razón de la variación estacional de la absorción mineral de los cultivos es ontogénica, en la que se incluye tanto el crecimiento y el desarrollo para la formación de diferentes tejidos y órganos, como la propia composición mineral de cada uno de ellos. Los cambios más importantes se producen como resultado de la transición del desarrollo vegetativo al reproductivo. La concentración tisular de nutrientes en los órganos generativos (frutos) es bastante diferente a la de los órganos vegetativos. En consecuencia, la distribución de los diferentes nutrientes en los órganos vegetativos y generativos no coincide con la compartimentación de la materia seca, lo que produce una variación significativa en la proporción de nutrientes extraídos por la parte vegetativa y por la generativa de la planta. Así, para la mayoría de los cultivos hortícolas, el fruto presenta la mayor compartimentación de N, P y K, y la hoja de Ca y Mg.

Para la definición de un programa de fertilización y la interpretación de los resultados del análisis de tejidos, es importante conocer que la concentración de nutrientes en hojas y otros órganos varía con la edad fisiológica. En general, el contenido de N, P y K desciende con la edad de la planta, mientras que el de Ca, Mg, Mn y B a menudo aumentan. Por lo tanto, las concentraciones óptimas de nutrientes minerales son generalmente más bajas en plantas más viejas que en plantas más jóvenes.

Por otro lado, los niveles de nutrientes, en particular N, pueden incrementarse temporalmente en plantas adultas como el resultado de un aumento en la disponibilidad del nutriente en la zona radicular, producido por ejemplo por la aplicación de fertirrigación.

Cabe señalar que la fertirrigación es una técnica generalizada en los cultivos protegidos, en muchas partes del mundo. Aunque la técnica de fertirrigación es considerada como la más eficiente en el uso de los fertilizantes, registrando importantes incrementos en el rendimiento de los cultivos, los productores de invernaderos siguen determinando las dosis de aplicación de fertilizantes basándose en la propia experiencia. En la mayoría de los casos, esta práctica se traduce en la aplicación de dosis excesivas de nitrógeno, fósforo y potasio. Además, en algunos casos, se conjuga la aplicación excesiva de uno o más nutrientes con el aporte inadecuado de otros, lo que agrava las incidencias de toxicidades o deficiencias de nutrientes, dado lugar incluso a alteraciones multinutricionales.

Gerardo Acosta Espinosa

La lixiviación de NO3- se produce cuando las tasas de aplicación de nitrógeno exceden la demanda de los cultivos

Aplicar altas dosis de nitrógeno puede reducir la producción de frutos y la cantidad de azúcares con la consecuente pérdida de sabor

Con el alto costo de los insumos agrícolas, resulta indispensable buscar alternativas tecnológicas que los reduzcan y que al mismo tiempo, consigan altos rendimientos con la mayor calidad posible sin detrimento de los recursos naturales. En este sentido, el fertirriego resulta una técnica promisoria en sistemas hortícolas intensivos para abastecer adecuadamente con agua y nutrientes a estos cultivos mediante el empleo de sistemas de microirrigación

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