Portada » CEBOLLA

CEBOLLA

por Redacción

Fertilización y fotoperiodo, factores que determinan el rendimiento

Completando su ciclo biológico en dos etapas, vegetativa y reproductiva, la planta de la cebolla es bienal: la vegetativa que tiene lugar el primer año de la siembra da origen a la formación del bulbo; en la segunda etapa, que se da en el segundo año a partir del bulbo, la cebolla florece y produce semillas. Tocante a su morfología, la cebolla se describe como una planta herbácea cuya parte comercial es un bulbo tunicado que presenta variación en forma, color, tamaño y pungencia, así como en las recomendaciones para su óptima conservación poscosecha.

En cuanto al rendimiento del cultivo en la cosecha, éste es un parámetro que puede ser afectado por las prácticas de manejo agronómico. Entre las críticas, destacan la fertilización y densidad de siembra, medidas éstas que pueden ser manipuladas a fin de lograr mejores respuestas en la producción. Por otra parte, el nivel nutricional puede afectar tanto la duración del ciclo así como el rendimiento de la cebolla. Así mismo, diversos estudios muestran la respuesta de la planta a la densidad de siembra, entre las que destacan cambios en la fecha de maduración, en el diámetro del bulbo y en el rendimiento. En lo que respecta a la nutrición es muy importante empezar a elaborar de manera frecuente las curvas de absorción de nutrientes y de la acumulación de materia seca en función a la edad de la planta, ya que éstos permiten conocer los periodos de mayor exigencia de nutrientes y producción de materia seca, con lo cual se puede determinar las épocas más adecuadas de aplicación de fertilizantes.

La cebolla presenta un crecimiento inicial lento hasta próximo a la mitad del ciclo del cultivo; a partir de ese momento comienza la bulbificación y translocación de fotoasimilados al bulbo, con una rápida acumulación de materia seca. Estudiando la absorción de nutrientes por el cultivo de cebolla en el sistema de siembra directa en lugar definitivo y con trasplante de mudas, verificaron que independientemente al sistema de cultivo, el crecimiento inicial fue lento, intensificándose la absorción a partir de los 56 a 74 días después de la siembra, para el cultivo en el sistema de siembra directa y con trasplante de mudas, respectivamente. Los nutrientes absorbidos por la cebolla siguen el siguiente orden: K>N>Ca>S>P>Mg y Fe>Mn>Cu>Zn. Por su parte, el fósforo –no obstante no ser el nutriente de mayor extracción por el cultivo–, es el que ofrece mayor respuesta en la productividad y aumento del peso de bulbos.

La fertilización se debe realizar en función al resultado del análisis de suelo, los requerimientos del cultivo, la evolución de la materia seca producida por el cultivo que está en función a la edad de la planta y la curva de absorción de nutrientes por el cultivo. En general los nutrientes poco móviles como el fósforo se recomienda aplicar en el momento del trasplante y los móviles, como el nitrógeno, ser aplicados en parte en el momento del trasplante y luego en cobertura. Los fertilizantes deben ser aplicados en surcos de 5 a 10 cm de profundidad y a una distancia de 10 cm de las plantas. En suelos pobres en materia orgánica o muy arenosos se recomienda aplicar de 30 a 60 kg ha-1 de azufre, debiendo las mayores dosis ser aplicadas en los suelos más arenosos o pobres en materia orgánica.

Con relación a los micronutrientes, se recomienda aplicar zinc a una dosis de 3 a 4 kg ha-1, boro de 1,5 a 2,5 kg ha-1 en el suelo, en el momento de la siembra o trasplante. En el caso de que las deficiencias de micronutrientes aparezcan en la fase de desarrollo del cultivo se puede aplicar vía foliar sulfato de zinc al 0.5% (5 g en 1 litro de agua), ácido bórico al 0.25% (2.5 g en 1 litro de agua) y sulfato de manganeso al 1% (10 g en 1 litro de agua), haciendo 3 a 4 aplicaciones cada 15 días. La ausencia de magnesio y micronutrientes –B, Zn y Mn– en planes de fertilización limita el balance nutricional en cebolla, debido a que dichos elementos regulan la expresión del potencial productivo del cultivo y la calidad del producto cosechado.

La cebolla, por estar constituido por más del 90% de agua y presentar raíces muy superficiales requiere de riegos frecuentes y ligeros. Se puede utilizar el riego por aspersion o por goteo en cintas. Se recomienda suspender el riego dos a tres semanas antes de la cosecha para promover la madurez y el buen secado de los bulbos. La cebolla es una especie perteneciente al género Allium, que ocupa la siguiente clasificación botánica: Clase: Liliopsida; Subclase: Liliidae; Orden: Amaryllidales; Familia: Alliaceae; Subfamilia: Allioidea. El género Allium incluye además de la cebolla A. cepa L., al ajo. A. sativum L.; puerro, A. porrum L.; cebolla de hoja o verdeo, Allium fistulosum L.; la cebolla China, Allium tuberosum L.. Es una especie originaria del Asia Central, en la región comprendida entre Afganistán, India e Irán, pertenece a la familia Alliaceae y botánicamente está clasificada como Allium cepa L.

Beneficios de las horas luz y la temperatura en la formación de los bulbos

Muy apreciada en todo el mundo como condimento y por sus propiedades terapéuticas, la cebolla es utilizada para dar sabor a las comidas, gracias a las propiedades que le confieren los compuestos volátiles y no volátiles que contienen azufre y en menor medida por el contenido de azucares. La pungencia en el bulbo de la cebolla se desarrolla cuando compuestos azufrados conocidos como precursores de sabor, luego de cortado el bulbo y al romperse el tejido reaccionan con la enzima allinasa, que convierte a los precursores de sabor en compuestos azufrados muy inestables responsables del sabor y del efecto lacrimógeno de la cebolla. La formación del bulbo está relacionada con la interacción entre la temperatura y el fotoperiodo, es decir las horas de luz. En esa interacción, el factor más importante es el fotoperiodo y el mismo determina los límites de adaptación de las diferentes variedades.

Fotoperiodo se denomina a la duración relativa de los periodos de luz y oscuridad a lo largo del día. Para la formación de bulbos la cebolla está clasificada como planta de días largos o noche corta, debido a que la inducción a la formación de bulbo ocurre según aumente el largo del día, requiriendo de un fotoperiodo mayor que el valor critico característico de la variedad por más que existen variedades seleccionadas para producir en días cortos.

Esas variedades no son necesariamente de días cortos, simplemente exigen menos horas de luz para iniciar el proceso de bulbificación. Luego de satisfacer las necesidades de fotoperiodo de la variedad, habrá desarrollo normal de bulbos si la temperatura es favorable. El fotoperiodo es un factor limitante para la bulbificación de la cebolla, debido a que la planta solo formara bulbos si la longitud del día es igual o superior al mínimo fisiológicamente exigido.

Existe una gran variabilidad entre las variedades de cebolla en cuanto al mínimo de horas de luz para promover el estímulo de la bulbificación. Así su clasificación en tres grupos: de días cortos (DC) que inician la bulbificación con por lo menos 11 a 12 horas de luz; de días intermedios (DI) que requieren días con 12 a 14 horas de luz y de días largos (DL) que exigen más de 14 horas de luz diaria.

Tempraneras o precoces: son de ciclo corto, con duración de cuatro a seis meses desde la siembra hasta la cosecha. Son las variedades menos exigentes en fotoperiodo, desarrollando bulbos con 10 a 11 horas de luz. Las variedades de este grupo son susceptibles a la enfermedad mancha purpura causada por el hongo Alternaria porri, la coloración externa de los bulbos es clara, tienen bajo contenido de materia seca, sabor muy suave y baja capacidad de conservación de bulbos.

Medianeras o de época: tienen ciclo de cinco a seis meses, con exigencia en fotoperiodo de 11 a 13 horas de luz. Las variedades de este grupo presentan mediana resistencia a la mancha purpura causada por el hongo Alternaria porri, coloración de bulbos más acentuada, contenido medio de materia seca, sabor más pungente y mejor conservación de bulbos.

Tardías: con ciclo superior a seis meses y exigencia fotoperiódica superior a 13 horas. Presentan alta resistencia a la mancha purpura causada por el hongo Alternaria porri.

Las características botánicas y de resistencia a diferentes plagas y enfermedades esta determinada por cada casa comercial y pueden variar de manera significativa, situación que debe de ser tomada en cuenta al momento de la elección de la variedad a ser cultivada.

La época de plantación debe ser definida en función a las exigencias climáticas de la variedad a ser cultivada, las condiciones ambientales locales y el mercado consumidor

La implementación oportuna de estrategias para minimizar los daños por plagas a la productividad y la calidad de los bulbos, precisa del conocimiento de sus características y el tipo de lesiones que ocasionan


Miguel Ángel Pérez Hernández 

Relacionados

Este sitio utiliza cookies para mejorar tu experiencia, ¿estás de acuerdo en seguir haciendo uso de nuestra plataforma? Aceptar Leer Más

G-TXBK23WRF0